Emo-JAZZ EUSKADI

El pasado fin de semana finalizó el festival de Jazz , Jazzaldia de Donosti en su 46 edición. Y con él una excelente serie de festivales de Jazz que se celebran en Euskadi  año tras año durante el mes de julio. Desde el día 1 hasta el 25 las muy variadas notas de jazz vuelan por toda la geografía vasca.

Si en Donosti son ya 46, tanto el Festival Internacional de Jazz de Getxo como el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, son 35 los años que hace que se vienen celebrando.  Y otro buen número de festivales que aún no tienen el renombre de estos tres.

 En los tres, como nos tienen acostumbrados, carteles de lujo y “relumbrón”.  

No en vano han adquirido un elevado prestigio que hace de ellos un circuito obligado para muchos amantes de ésta música.

A nivel de turismo se han convertido en un reclamo estratégico para la Comunidad,  de tal manera que se realiza una presentación conjunta por parte del Gobierno Vasco (Irekia) y se hacen eco de ellos un buen número de medios de comunicación.

Y por supuesto, un gran reclamo para los grandes músicos. Son festivales que han adquirido un “elevado listón musical”.  Sobre todo por el trato técnico, humano – y gastronómico – que aquí reciben, y nada que decir del gran conocimiento jazzístico e intensidad emocional con la que se reciben y viven estos acontecimientos en nuestro territorio vasco.

Se produce un mutuo contagio emocional, entre músicos, organizadores, instituciones y espectadores. Un alto bienestar,  subjetivo y objetivo. En esa evidente relación entre el bienestar subjetivo y las emociones. (Percibimos bienestar subjetivo cuando experimentamos emociones positivas).

 muchas buenas connotaciones estos conciertos, una de ellas es la hora a la que se celebran, 21:00 horas. Un momento del día estupendo para olvidar los amargos acontecimientos (si se han producido), los enfados, tensiones y “estreses” padecidos durante el día. 

Es un privilegio poder disfrutar de los magníficos conciertos que estos festivales nos ofrecen.  Y una buena oportunidad para tratar de experimentar momentos de bienestar y felicidad, dejarse atrapar por el  contagio emocional positivo que se produce durante su desarrollo, en un maravilloso fluir.

Recordemos que la música es una de las mayores fuentes de estímulos emocionales, incluso con propiedades terapéuticas.

Como plantea Rafael Bisquerra, en su obra Educación emocional y bienestar, la música provoca emociones estéticas, son las que se producen como reacción ante manifestaciones artísticas. Producen emociones individuales, que en un concierto musical rápidamente se contagian. Producen además emociones como la alegría, el entusiasmo, la ilusión, la felicidad, el amor, el humor y .. la creatividad. ¿Qué más podemos pedir por 35€?

 Tiene, como decía anteriormente, elementos de conexión con el concepto de fluir.

Es la bondad de estas emociones y de la música, producen situaciones que favorecen la experiencia emocional de carácter estético, ayudan a aprender a emocionarse, recordemos la relación entre emoción y motivación. Con estas manifestaciones artísticas se potencian las experiencias positivas que se traducen en factor de salud.

Este año sólo he acudido a un concierto del festival de Vitoria-Gasteiz.

El del día 15;  El cartel estaba formado, en la primera parte,  por el brillante Michel Camilo con Giovanni Hidalgo y Charles Flores, presentaron su último trabajo y gira “mano a mano”. Extraordinario, con momentos muy intensos y con unas “descargas” dignas de mención.

La continuación corrió a cargo del panameño Rubén Blades con la orquesta de Roberto Delgado. Realmente soberbio. Cierto es que fue un concierto más cercano a la salsa que al jazz, aún así disfruté enormemente y me emocioné agradablemente.

El gran Rubén no sólo nos ofreció, como digo, un soberbio concierto, sino que además en su papel de gran orador y comunicador, (ha sido embajador dela ONUcontra el Racismo, político, ministro de turismo de Panamá) nos dejó “perlas” para la reflexión.

Como presentación de la mayoría de las canciones nos contó algunas anécdotas de su original existencia, y sobre todo tuvo muchos y bonitos recuerdos para su madre, para su patria- Panamá- para su tierra y para su barrio, al que volvió a vivir después de muchos años. Tiene muy presente sus raíces y sus grandes dificultades para salir adelante en un ambiente nada fácil. Y todo dedicado a su madre.

Por ella y para ella, se licenció en  derecho y ciencias políticas, se  doctoró en  Música en2004. Hatrabajado en 35 películas, tiene 9 premios Grammy y más de 20 álbumes.

Empezó,  al contar su larga experiencia vital con una frase impactante:

¿Quién dijo que hay caminos imposibles?. Para reflexionar. ..

Él decía que el aprendizaje es un proceso que dura toda la vida, no importa la edad, sólo es cuestión de actitud.

Una de las anécdotas que más me gustó fue la siguiente:

Un hombre japonés marcha de su ciudad a otra por unos asuntos de trabajo, en un viaje de tres días. Al llegar a su destino y en plena calle, un intenso destello luminoso le ciega, seguido de un gran estruendo que le aturde. Todo a su alrededor es destrucción y muerte. Es Hiroshima .

Una vez tratadas sus heridas regresa inmediatamente a su ciudad, a su hogar. Tras visitar a su familia y contar lo que ha ocurrido, acude a su trabajo a contar los acontecimientos a su jefe. En ese momento se repite el resplandor, estruendo, destrucción y muerte, en Nagasaki.

Su jefe muere, pero él es un superviviente. Muchos se preguntaban: ¿cómo un hombre puede sobrevivir a dos bombas atómicas?. Aunque lo más importante es que otros muchos se preguntaban: ¿cómo es posible que salga vivo de la bomba atómica y se presente en su trabajo?  Es cuestión de decidir. ¡Decisiones! (en este punto recordemos a Antonio Damasio y su teoría de las decisiones y el marcador somático).  Así presentaba Rubén Blades su conocida canción.

Y más aún, el gran maestro demostró ser un gran líder, dejando y provocando que los músicos que le acompañaban se lucieran todos ellos, se mezclaba con la banda, convirtiéndose en uno más cada vez que la canción de turno lo permitía, elogió a todos ellos, dirigió el concierto de manera magistral e hizo subir al escenario a su gran amigo Giovani Hidalgo para compartir momentos emocionantes.

Un concierto que se convirtió en una experiencia única, una verdadera gozada de contagio y mezcla de emociones positivas,